¿Ud. come por ansiedad?

Según la definición mas generalizada la ansiedad sería una sensación de aprehensión, angustia o temor de origen indefinido, en consecuencia la gente se gratifica comiendo, debido a que la gratificación oral es algo básico en los seres humanos.

Sin embargo, la obesidad está vinculada con ansiedad y depresión pero no del modo que la mayoría suele imaginar sino a la inversa, como resultado del exceso de peso corporal.

Habitualmente se considera a la persona obesa como alguien con ansiedad que la canaliza comiendo.

Es la idea más común. Hay enfoques psicológicos que presuponen un círculo vicioso en donde la ansiedad juega el papel de causa por conflictos no resueltos y la descarga en la conducta alimentaria.

La satisfacción del comer no es la resolución de los conflictos básicos por lo que si no hay alternativas se vuelve a comer impulsivamente, independientemente del apetito.

Por esa vía se ingresaría al organismo más calorías de las necesarias y de allí a la obesidad.

Esta idea teórica tiene mucha fuerza en el mundo hispanohablante, más en unos países que en otros.

Estudios científicos de la actualidad demuestran en muchos casos todo lo inverso, la obesidad es encontrada como causa de trastornos psicológicos.

Lo comprobado señala que la ansiedad y los cuadros de depresión surgen por la alteración de la calidad de vida del obeso.

La obesidad es un problema de salud policausal y por lo tanto complejo ya es hora de dejar de lado las reducciones que en otras épocas explicaban de modo sencillo pero no lograban desarrollar métodos de corrección efectivos.

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